Como expertos en la materia, con muchos años de experiencia, en la residencia de mayores y ancianos en Teo sabemos que la vejez y el sexo no tienen que ser necesariamente incompatibles. Esta etapa de la vida puede resultar la más idónea para la búsqueda del placer, ya que, por ejemplo, el temor a quedarse embarazada ya no es un impedimento.

Que nuestros mayores necesiten o no tener sexo, y en qué medida, es algo que ellos deben determinar y todos nosotros respetar. Si bien, no es cierto que el sexo solo tenga cabida dentro del matrimonio ni tampoco es patrimonio exclusivo de la juventud. 

En la residencia de mayores y ancianos de Teo sabemos que el sexo en los mayores no es solo la búsqueda del orgasmo, es también afectividad, una mezcla que resulta muy gratificante y que las familias no deberían reprobar.

De los 65 años en adelante queda mucho sexo por sentir, a pesar de que la lubricación es mucho más complicada y lenta en la mujer, y de que la potencia del hombre disminuye considerablemente. Pero los mayores disponen de todo el tiempo del mundo para ellos, sin prisas de ningún tipo.

A pesar de las dificultades fisiológicas, nuestros veteranos también cuentan con pequeñas ventajas que producen un gran rendimiento. El hombre, al ir todo de forma más lenta, consigue un mayor control eyaculatorio, y al tardar más en llegar al punto de felicidad, favorece el proceso de excitación y de consecución del orgasmo en la mujer. 

Además, en ningún sitio está escrito que el sexo entre seniors deba ser coital. A estas edades, dentro o fuera del matrimonio, la pareja dispone de un aliado incondicional: la vagina de la mujer, que admite toda clase de excitación, manual u oral, y que permite orgasmos múltiples.

Acuérdate, estamos a tu disposición y a la de tus mayores en Residencia O Castro.